Por un lado nos encontramos con la aprobación en nuestra querida y lamentable Andalucía de la Ley por una muerte digna, y por otro los proyectos de ley favoreciendo opciones de aborto sin consentimiento paterno que nuestra ministra anda defendiendo a capa y espada. ¿Dónde fue? ¿Cuándo se perdió el respeto por la vida, las ganas de luchar, cuidar de los más débiles y desvalidos? ¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Cuál será el final de este camino que estamos tomando?
Desde luego no hay otra lucha posible que la protesta mas enérgica puesto que al final somos esclavos de la mayoría, al menos durante cuatro años, en el que los gobernantes pueden dejar de oir a millones de personas y preocuparse por ellas cuando se acercan las siguientes. Digamos sí a la vida, como sea, merece la pena os lo aseguro.
viernes, 12 de junio de 2009
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