Crucero por el Báltico (I)

Comienzo la descripción del viaje que he realizado este verano, por etapas, de manera que la información presentada sea útil. Como resúmen general las sensaciones han sido buenas. Lo cierto es que era la primera vez que me embarcaba en un crucero de este tipo, y probablemente repita en el futuro.

Poniendo nombres a las cosas, reservamos el viaje a través de internet, con la agencia Logitravel. Lo cierto es que fueron geniales, billetes entregados a tiempo, y una magnífica atención telefónica para cualquier duda o necesidad que se nos planteó.

El vuelo salía desde Madrid rumbo Copenaghe, de la compañía Privilege. Tuvimos problemas con las maletas (se rompió una), y pasaron de nosotros en el aeropuerto de Copenague, debido (según decían) al tipo de seguro contratado. Peor lo pasaron un par de señoras cuyas maletas perdieron, y no aparecieron en todo el crucero. La empresa no les brindó apenas apoyo durante esa semana.

Viajamos con Iberocruceros, en el Grand Voyager ruta Copenhagen a Helsinki. Se trata de un barco relativamente pequeño (unos 800 pasajeros), bastante nuevo y con instalaciones de nivel medio. El nivel de la comida y del servicio no es malo, aunque tampoco para tirar cohetes. Lo mejor sin duda el equipo de animación.